El praliné es una pasta muy versátil que se utiliza en muchas recetas de repostería. Está compuesta por una mezcla de frutos secos tostados, como por ejemplo avellanas o almendras y caramelo. Esta mezcla al triturarla produce que la almendra y avellana suelten su aceite y obtegamos una pasta cremosa y untosa.
Su origen no está totalmente claro, pero se cree en fue en Francia duante el siglo XVIII cuando Clement Jaluzot, que fue cócinero del Duque de Choiseul mariscal de campo francés y Conde de Plessis-Praslin, por error vertío caramelo sobre almendras molidas, y que una vez enfriada la mezcla la trituró y obtuvo esta duce pasta. También el nombre tendría su origen en el nombre del duque y Conde de Plessis-Praslin. Originalmente se elaboraba solo con almendras.
Además, esta elaboración puede incorporar chocolate, pero en este caso nos vamos a centrar en la pasta de práline básica elaborada simplemente con base de caramelo y avellanas.
Ideal para rellenar bombones, incorporarlo a una mousse, a una ganache de chocolate, a una crema pastelera, helados.... muchas posibilidades y todas deliciosas.
Vamos a comenzar con los ingredientes que son muy pocos.
La siguiente receta es para preparar praliné de avellanas, pero podemos sustituir la avellana por otro fruto seco, como por ejemplo almendras, nueces, o una mezcla de ellas.
Ingredientes
200 g de avellanas (sin piel).
150 g de azúcar
10 ml aceite vegetal
Podemos también elaborarlo con avellanas con piel, que dará un aspecto más oscuro.
A continuación se detallan los pasos de elaboración:
Precalentamos el horno a 200ºC y sobre una bandeja de horno extendemos las avellas.
Hornearemos unos minutos hasta que doren lijeramente. Esto lo hacemos para que el sabor de la avellana se intensifique.
Si las avellanas ya están tostadas también realizamos este proceso pero sólo por 5 minutos, si no hasta que estén ligeramente doradas.
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Una vez doradas, sacamos del horno y vertemos en una sartén.
Colocammos la sarten a fuego medio e incorporamos la mitad del azúcar, poco a poco, mientas se va transformando en caramelo. Vamos removiendo con una espatula o utensilio de madera constantemente.
Vertemos el resto del azúcar, y seguimos removiendo mientras que se transforma en caramelo y se mezcla con las avellanas.
Una vez que se ha formado todo el caramelo, distribuimos la mezcla de caramelo y avellanas sobre un papel de horno y dejamos enfriar.
Seguimos con los últimos pasos:
Rompemos en trozos pequeños e introudcimos en una trituradora ponente y añadimos un poco de aceite vegetal.
Trituramos a velocidad alta y veremos como poco a poco se va transformando en una pasta homogenea y líquida.
Pasaremos por varias fase, primero una pasta arenosa, luego, poco a poco, se irán deprendiendo los aceite naturales
de la avellana y se formará una pasta fina y ligera. Al triturarla la pasta se calentará y se volverá cada vez más líquida.
Una vez llegado a una pasta ligera, pasaremos a un recipiente para almacenar el praliné.
Con el enfriado el praliné se endurecerá y tendrá una consistencia untosa y perfecta para utilizar.
Y ya tendremos nuestro praliné casero, espero que lo pongas en práctica y lo elaboréis... lo que te seguro, es que cuando lo pruebes no podrás parar.
Consejos
Mucho cuidado en la elaboración del caramelo para que no se queme, hay que realizarlo a fuego suave hasta que se forma un caramelo rubio.
Uno de los puntos más importante para su elaboración es utilizar una trituradora o refinadora, o una batidora potente con un accesorio de molido, ya que es importante que la pasta quede totalmente refinada y homogenea, para que no se noten los trozos de futos secos.
Hay que tener cuidado en la elaboración del caramelo para que no se nos pase y se queme.
La pasta de praliné podemos guardarla en un bote hermético en la nevera, y puede aguantar meses.