1
Batir la mantequilla a velocidad media-baja (3) durante un par de minutos, utilizando el batidor plano, hasta que la mantequilla tenga una textura suave.
2
Incorporar el azúcar previamente tamizado a cucharadas a velocidad baja (1), poco a poco hasta que esté totalmente integrada. Puede tardar un poco.
3
Cuando ya esté integrada subir la velocidad media-baja (3). Ir bajando la mezcla pegada en los laterales del bol. Tras 3 minutos la mantequilla habrá blanqueado obteniendo una textura esponjosa, también habrá aumentado su volumen.
4
Incorporar el aroma deseado (vainilla, naranja, jengibre, canela, …). A velocidad baja (1) incorporaremos poco a poco el huevo ligeramente batido hasta que esté integrado.
5
Incorporar la harina tamizada a cucharadas, poco a poco, batiendo a velocidad baja (1). Al final la masa comenzará a desmigarse, en este momento incorporaremos un poquito de leche y continuaremos batiendo hasta que la masa ligue y se desprenda de las paredes del bol. La leche añadida varía según la harina (2 o 4 cucharadas), lo justo para que la masa ligue.
6
Cuando tengamos una masa uniforme la pasamos a una superficie y formamos una bola, la masa no debe estar pegajosa. Dividimos en varios trozos iguales. Cada porción la estiramos con un rodillo entre dos papeles de hornear, formando un rectángulo hasta que tenga un grosor uniforme de 6mm. Podemos utilizar unas varillas para controlar el grosor.
7
Reservar la masa en la nevera entre los dos papeles de hornear. Repetiremos el proceso con cada porción de la masa. La masa debe refrigerarse en la nevera al menos 4 horas. Colocar de manera que no se doble o coja ninguna arruga. Podemos colocar cada trozo encima del otro, dejando el más grande en la parte inferior. Podemos dejarla en el frigorífico para el día siguiente.
8
Sacar de la nevera y retirar el papel superior, cortar las galletas con un cortador todas del mismo tamaño ya que según del tamaño el tiempo de horneado es diferente. Enharinar el cortador para evitar que se pegue la masa.
9
Colocar en la bandeja de horno con una separación entre ellas. Al no llevar levadura las galletas crecen muy poco. No es necesario poner papel de horno ya que las galletas se despegarán fácilmente.
10
Antes de hornear hay que meter la bandeja de horno en la nevera durante 15 minutos para que se vuelvan a enfriar. Este paso es muy importante para que las galletas no pierdan la forma.
11
Precalentar el horno a 180º. Hornear las galletas un mínimo de 10-12 minutos, a partir de aquí hay que estar pendiente porque el tiempo puede variar dependiendo de las galletas, el horno, etc. Si el calor no es uniforme deberemos girar la bandeja a mitad de horneado. Cuando los bordes comiencen a tostarse debemos sacar del horno.
12
Una vez extraídas, dejar reposar 5 minutos en la misma bandeja (cuidado que todavía se siguen tostando), después colocar en una rejilla para que se enfríen durante un par de horas. Durante el enfriado las galletas cogerán consistencia.